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La innovació està en la mirada

Algunos piensan que la innovación está en la tecnología. No es cierto. La innovación está en la mirada. Al explorar, pensar e implementar soluciones que nacen de otra mirada. La tecnología puede ayudar, pero la capacidad de mirar de un modo diferente es lo que genera la innovación. ¿Y cómo podemos educar la mirada innovadora? Básicamente, aprendiendo a observar.

Si quiere innovar, no pregunte nada a nadie. Observe a los clientes, a los ciudadanos. No se fije tanto en lo que dicen, sino en lo que hacen, e intente crear valor en necesidades que aún no saben expresar.

La innovación se nutre de miradas diferentes que nacen de conexiones inesperadas. También de mezclar peras con manzanas, pero de forma que funcione. Inspirar estas miradas exige establecer conversaciones poco usuales. Y, sobre todo, requiere trascender la experticia.

Los expertos son muy buenos resolviendo los problemas cotidianos, aquellos que responden al “mainstream“ del negocio o de la tecnología. Pero la innovación con una cierta radicalidad es algo diferente. Muchas de las innovaciones que pueblan ahora nuestra vida no han salido de las grandes empresas de un sector, sino de aquellos que, por no saber que era imposible (para los expertos), se lanzaron y crearon valor de una forma diferente.

[twitter cita=”No se fije tanto en lo que dicen sus clientes, sino en lo que hacen, e intente crear valor en necesidades que aún no saben expresar.”]

Cuando los creadores del huevo kinder deciden crear algo a medio camino entre una golosina y un juguete, aplican una nueva mirada. Cuando los creadores de Chupa-Chups ponen un palo a un caramelo redondo, no realizan una gran proeza tecnológica, pero aplican una mirada nueva, sencilla y muy práctica. Cuando la gente de Synek quiere servir cervezas con el mismo sistema que Nespresso (con cápsulas de cerveza en lugar de café), adoptan otra perspectiva. La lista es muy larga.

Entrenar la mirada es más fácil desde la innovación abierta. Cuando en las compañías se supera el síndrome del “No inventado aquí” y se busca complementar el talento interno con el talento externo. No se trata de que los de fuera vengan a decirnos qué tenemos que hacer en nuestras empresas u organizaciones, sino de estimular la inspiración para encontrar nuevas miradas a partir de experiencias de otras organizaciones de sectores muy diferentes al nuestro pero que pueden nutrirnos la creatividad.

Educar la mirada es un reto. Mi experiencia es que la gente mejora mucho sus miradas innovadoras cuando aprende a observar y a construir nuevas propuestas. Educar la mirada es absolutamente posible e imprescindible para aquellos que buscan ofrecer un perfil más innovador.

Publicado en La Vanguardia el 28 de septiembre de 2017.